Recuerdos...

Allí estaba, en la oscuridad de la noche, una sombra esbelta reflejada por la luz de la luna, esa sombra que tantos recuerdos me traían a la cabeza. No quiero recordar, pero al verle se me viene todo a la cabeza, hay tantos recuerdos bueno, pero a la vez malos. No puedo olvidarle, no puedo, nunca dejaré de recordar sus caricias, sus abrazos y sus dulces besos. No puedo olvidarle por más que lo intente.

En esta dulce noche podría recitar los más tristes versos, pero a la vez no podría, ya que sigo recordándole.

Tanto he sufrido que ha veces he intentado cortarme las venas y dejar de sufrir. Tantas veces lo he pensado, y he reflexionado, que a veces me he quedado en mi habitación llorando entre cuatro paredes suplicando que se acabe todo este dolor. Pero nunca cesará hasta que todo esto se arreglé.

Solo hay dos opciones, o volver con él y correr el riesgo de sufrir aún más, o dejar de seguir viviendo encontrando la salvación en un corte de navaja bañada de sangre...